No se puede dar por hecho que la Violencia contra las Mujeres no existe en el ambiente laboral si no se hace un proceso de reconocimiento y valoración del entorno. Vale la pena despojarnos de falsas seguridades e indagar sobre posibles hechos de violencia contra las mujeres en la empresa.
Una empresa que se niega a identificar y evaluar un ambiente de Violencia contra las Mujeres en su entorno laboral, se está quitando la posibilidad de aumentar la viabilidad en sus actividades y por ende está afectando sus objetivos y metas propuestos.
La Violencia contra las Mujeres no se puede considerar de carácter privado o fuera de la competencia de las organizaciones, la realidad es que las empresas siempre asumirán los costos de ésta, aun cuando los actos de violencia sean fuera de la empresa.
Un ejemplo de este argumento, es cuando las empleadas son víctimas de violencia por parte de sus parejas o exparejas, dicho acto se ve reflejado en el aumento de la tasa ausentismo, presentismo, tardanzas y rotación del personal.
También se debe anotar que los empleados que son agresores pueden usar recursos de la empresa para agredir a su pareja, manifestar ausentismo laboral, tardanzas y aumento en los porcentajes de siniestros laborales.
En conclusión, cualquier acto de Violencia contra las Mujeres dentro o fuera del área de trabajo que involucre la fuerza laboral afecta la productividad de las organizaciones.